Dos ecoactivistas se pegan a 'Las majas' de Goya en el Prado

El museo había extremado sus medidas de seguridad ante la alta probabilidad de que se produjera un ataque de este estilo, evidente desde que hace un mes se desatara una ola de ecoatentados en varios museos europeos. El Prado confirmó que ambas obras, que no están protegidas por vidrios, «no han sufrido daños, aunque los marcos sí se han visto dañados, en particular el de 'La maja desnuda'».

Los vigilantes del museo procedieron a desalojar la sala y a llamar a la Policía, mientras algunos los visitantes gritaban «¡Fuera, fuera!» a las activistas medioambientales. Fuentes policiales confirmaron luego que se practicaron dos detenciones en el museo. La sala fue clausurada y abierta con normalidad pocas horas después. «Condenamos el acto de protesta que ha tenido lugar en el museo», precisaba un breve comunicado de la institución que dirige Miguel Falomir.

En el espacio de la pared que separa ambas pinturas las jóvenes escribieron el mensaje '+1,5º' con grandes caracteres. Según explicaron en el vídeo que subieron a Twitter, lo hicieron para «alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable» y «sus graves consecuencias en todo el planeta». Habían pasado sin problemas por los arcos de seguridad y los detectores de metales, ya que tanto el pegamento como la pintura y la brocha que utilizaron estaban en botes de plástico.

«Estoy aquí pegada porque la semana pasada la ONU hacía oficial que ya es imposible contener el calentamiento del planeta en 1,5º, sobrepasando los límites marcados en el Acuerdo de París y comprometiendo nuestra seguridad alimentaria», afirmó una de los activistas. Aseguró también que, a pesar de que el 2021 fue el año con mayores emisiones de CO2 de la historia, no se han tomado las medidas necesarias para corregir esta realidad. La otra joven participante en la protesta exigió al Gobierno que termine con las subvenciones a la ganadería y las emplee para promocionar alternativas basadas en plantas para afrontar escenarios como el de 2,5º que prevé la ONU.

Futuro Vegetal es un movimiento adscrito a formaciones como Rebelión o Extinción y Rebelión Científica que persigue la resolución de la crisis climática a través de la adopción de un sistema agroalimentario basado en plantas. Poco después de reivindicar el ataque, Futuro Vegetal decía en un tuit que «nuestras compañeras Sam y Alba siguen pegadas. La Policía ha desalojado la sala y no nos permite saber cómo se encuentran».

El atentado contra un icono del arte como 'Las majas' se produce en la víspera con el inicio en Egipto de la conferencia sobre cambio climático COP27 a la que acudirán representantes de casi 200 países y cuando crece la presión para que se tomen medidas más duras para abordar el calentamiento global.

El vandálico acto del Prado era el primero contra el arte que se perpetra en España. Se suma a otras acciones semejante que se han sucedido en las últimas semanas, después de que dos ecologistas del grupo 'Just Stop Oil' lanzaran sopa de tomate contra 'Los girasoles' de Van Gogh expuestos en la National Gallery de Londres causando daños menores al marco.

La semana pasada activistas medioambientales neerlandeses hicieron lo propio con 'La joven de la perla', el legendario cuadro de Johannes Vermeer, la pieza estelar del Museo Mauritshuis de La Haya, mientras que otros simpatizantes de 'Última generación' lanzaron puré de patatas contra un cuadro de Claude Monet expuesto en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín. El viernes, otras jóvenes italianas arrojaron puré de verduras sobre 'El sembrador', una pintura de Vincent van Gogh que se exhibe en una muestra temporal en Roma.

En Francia, el ministro del Interior Gérald Darmanin no dudó en calificar estos ataques como «ecoterrorismo». Dos de los tres ecologistas que atacaron la semana pasada 'La joven de la perla' fueron condenados el miércoles a dos meses de prisión. El magistrado neerlandés consideró probada la intención de destruir el cuadro y calificó de «impactante» la acción de protesta. «Es posible que tratara de causar el menor daño posible, pero por la forma en que actuaron aceptaron la posibilidad de que la pintura pudiera dañarse», destacó el juez.