A partir de 2007, el hielo marino del Ártico se volvió más delgado y uniforme. Desde entonces, la fracción de hielo grueso y deformado -el que se acumula y persiste en el océano durante varios años consecutivos, más resistente que el hielo marino más joven- ... se ha reducido aproximadamente a la mitad, y no se ha recuperado hasta la fecha. Así lo subraya un estudio publicado este miércoles en la revista 'Nature'.
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Para llegar a esta conclusión, los autores utilizaron mediciones continuas y directas del espesor del hielo a través de los amarres oceánicos del Observatorio de Salida del Ártico del Estrecho de Fram, que lleva monitorizando las propiedades del hielo marino y el océano desde 1990. Los resultados muestran un cambio drástico a partir de 2007, caracterizado por una reducción del hielo espeso (de más de 4 metros de grosor), en más del 50%, y el aumento del hielo más delgado y uniforme.
Este cambio se produjo después de una reducción, en todo el Ártico, en el tiempo de residencia del hielo marino -período promedio que el hielo marino permanece en océano antes de derretirse o ser transportado a otro lugar por la corriente- entre 2005 y 2007. En concreto, este se redujo de 4,3 a 2,7 años. El tiempo de residencia del hielo marino puede variar por varios factores: la temperatura del aire y del agua, la velocidad y dirección del viento, y la circulación del océano.
«Estos hallazgos muestran los impactos duraderos del cambio climático en el hielo marino del Ártico, lo que sugiere que el cambio en el grosor del hielo marino fue el resultado del aumento del calor del océano en las áreas de formación de hielo. Un hielo marino más delgado y uniforme puede afectar a la mezcla oceánica y, en consecuencia, a los ecosistemas oceánicos, por debajo del hielo», advierten los investigadores.
El hielo grueso es importante para el clima global y el ecosistema del Ártico por varios motivos: ayuda a regular la temperatura del océano y del aire, y proporciona una plataforma de caza y alimentación para la fauna ártica, como los osos polares y las focas. Por el contrario, el derretimiento del hielo marino no contribuye al aumento del nivel del mar, pues se forma a partir del agua de mar sobre la que flota, no como el hielo terrestre, que al derretirse libera al océano agua que anteriormente estaba atrapada en la tierra.
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Esta información se publica días después de que el hielo marino antártico se redujese a mínimos históricos en febrero de 2023, continuando un declive de una década y alcanzando «su extensión más baja en el registro de datos satelitales de 45 años», según destacó Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
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