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Tras detectarse, el pasado mes de diciembre, una fuga en el sistema de refrigeración de la nave Soyuz MS-22, atracada en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), con la que los cosmonautas a bordo de la estación, el estadounidense Frank ... Rubio y los rusos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, debían regresar a la Tierra, la NASA y la agencia rusa Roscosmos han estado valorando opciones para rescatarlos. Este jueves, Rusia ha anunciado la decisión tomada: lanzará una nueva nave Soyuz (la MS-23), el próximo 20 de febrero, que les traerá de vuelta a casa.
Esta nueva nave estaba pensada, inicialmente, para transportar a los miembros de la tripulación de sustituirían a Rubio, Prokopyev y Petelin en sus tareas a bordo de la ISS a partir de marzo, pero el inesperado impacto de un micrometeoroide contra la Soyuz MS-22 en diciembre, que fue la causa de la fuga de refrigerante de radiador al espacio y resultó en temperaturas de cabina más altas, ha obligado a modificar el calendario de lanzamientos y finalmente volará vacía y en modo automático.
Si bien, actualmente, hay otra nave con capacidad para realizar una reentrada en órbita, la SpaceX Crew Dragon, esta solo tiene cuatro asientos y ahora mismo hay siete personas en la ISS. En diciembre, la NASA anunció que había iniciado una conversación con la empresa de Elon Musk para evaluar un posible rescate, pero no se conocen los detalles. Que no hubieran llegado a un acuerdo podría deberse a la falta de espacio o a que SpaceX solo transporta a tripulantes que han sido equipados con trajes espaciales hechos por la compañía a medida, mientras que los astronautas 'atrapados' llevan trajes espaciales de confección rusa, tipo Sokol, que podrían no cumplir los requisitos para poder usar la nave.
La alternativa que ha anunciado Roscosmos, en caso de que se produzca una situación «particularmente crítica» en la ISS semanas antes de la misión programado para febrero, es usar la Soyuz MS-22 dañada para rescatar a la tripulación. En cambio, si todo va según lo esperado, esto no será necesario y la nave dañada regresará a la Tierra sin tripulación una vez que llegue su reemplazo.
Los micrometeoroides, piezas de roca o metal naturales que pueden ser tan diminutas como un grano de arena, representan un peligro significativo para los vuelos espaciales tripulados. Alcanzan velocidades de hasta 17.000 mph (27.400 km/h), mucho más que una bala. El que golpeó la Soyuz medía apenas un milímetro de diámetro, pero fue suficiente para crear un agujero en la cápsula y causar daños significativos.
Ocurrió el 14 de diciembre. Mientras la NASA mostraba, en directo, los preparativos para una nueva caminata espacial rutinaria de Prokopyev y Petelin, en las imágenes de televisión se pudo observar una ráfaga de partículas blancas, similares a copos de nieve, que salía de la parte trasera de la Soyuz atracada. El evento hizo que la misión se abortase inmediatamente y los cosmonautas no estuvieron en peligro en ningún momento. Por su parte, la fuga duró horas y vació el radiador de refrigerante, utilizado para regular la temperatura del interior del compartimento de la tripulación de la cápsula.
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