«Hay compromisos del acuerdo de París que debían ocurrir y finalmente terminaron en Glasgow, así que ahora comenzamos una nueva fase. En la COP27 de Egipto debe haber una discusión colectiva sobre esta necesaria transformación y debemos movernos todos juntos para hacerla durante esta ... década». Con estas palabras, Youssef Nassef, director de los trabajos de adaptación en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, define el gran objetivo de la próxima conferencia COP27: una mayor concienciación de grupo.
«Desgraciadamente -prosigue el experto en una entrevista con este medio- el año pasado medimos el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero y estaba por encima de 2010, en un 14%. La ciencia nos dice que debería estar por debajo de 2010 en un 45%».
Con estos datos, los expertos reclaman mucho más compromiso por parte de los diferentes países del mundo para estar en el camino correcto. «La ambición a nivel de país no es suficiente», sentencia Nassef.
Esta ambición colectiva también debe pasar, según manifestó Nassef, que ha participado en el Congreso Internacional de Acción Climática 2022, organizado por la Fundación Empresa y Clima, por proporcionar apoyo a los más vulnerables. «Hay un compromiso de tener al menos cien mil millones de dólares al año para estos colectivos».
Aunque aún no se ha alcanzado esa cifra, este responsable también reclama «más trabajo para ayudar a las comunidades pobres a adaptarse a los impactos del cambio climático», especialmente en aquellos países en riesgo de la extinción total, como ocurre en algunas zonas del Pacífico. «En otros lugares la gente moriría mucho más debido a las inundaciones, los huracanes y las sequías, por lo que asegurarnos de que hay suficiente apoyo para ayudarlos es una gran prioridad», sentencia.
Avala científico y dificultades
Este experto recuerda también que el objetivo de que las emisiones de carbono sean cero en 2050 viene avalado por la ciencia, que asegura que, si se logra este reto, lograremos bajar la temperatura del planeta 1,5 grados en 2100.
Pero, tal y como están las cosas, para lograrlo los países tendrían que adquirir compromisos que nos llevaran conseguir una reducción del 45% de las emisiones para el 2030. «Cada año que pasa sin mejorar los compromisos hace más difícil alcanzar el objetivo y hace que el esfuerzo sea más grande en la generación futura. Entre el 2030 y el 2050 la gente sufrirá más si no actuamos ya», asegura el especialista de Naciones Unidas.
Según su visión, el problema es de la naturaleza humana, que no termina de creerse este cambio climático. «Todos los días te levantas y ves el sol igual que el día anterior -explica- lo que lleva a mucha gente a cuestionarse el que tenga que hacer algo. Pero un día te despertarás y te encontrarás que te estás ahogando porque hay una inundación. El cambio climático es un tema muy complejo y la psicología humana no ayuda a reconocerlo».
«Las nuevas tecnologías serán fundamentales para movernos en la buena dirección»
Pese a que lamenta que el cambio climático no sea visto con la misma prioridad que el Covid, asegura que cada vez hay más presión por atajar el problema. «Empieza a ser demasiado tarde para abordar este problema a un coste razonable, así que alguien tendrá que incurrir en un coste mucho mayor si no doblamos esa curva más pronto que tarde», avisa.
Considera, por otro lado, que por suerte las generaciones más jóvenes están presionando mucho para cambiar nuestros hábitos y cree que debemos confiar en la ciencia y en la tecnología como herramientas para luchar contra el cambio climático.
La inteligencia artificial, el Big Data, los satélites, el Internet de las Cosas o la biotecnología pueden ayudar a la transformación y a hacerlo de muchas maneras diferentes, incluyendo una gestión de riesgos muy precisa y una respuesta muy rápida a los desastres cuando ocurren o en la comprensión de cómo funciona la naturaleza.
«Las nuevas tecnologías serán fundamentales para movernos en la buena dirección«, asegura. Además, también se muestra confiado en que las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de moverse en esa dirección, «no sólo porque quieren hacerlo, sino porque es un factor que podría afectar a su rentabilidad».
Una COP27 centrada en África
Este experto adelanta que buena parte de la agenda de la COP27 estará centrada en las prioridades que tiene África, especialmente en temas de financiación y adaptación. Youssef Nassef explica que África tiene dos grandes problemas relacionados con la lucha contra el cambio climático. Por un lado, la exposición al impacto. «Sufren muchas inundaciones y muchas sequías, a veces en el mismo país», expone.
Por otro lado, estos mismos países no tienen capacidad para hacer frente a estas emergencias, por lo que en África, cuando se produce una sequía o una inundación de la misma magnitud que en un país rico, «afecta su PIB durante mucho tiempo y puede morir más gente».
Por eso, la organización ha puesto especial interés en que haya «más conversaciones sobre la transformación que tenemos que hacer de nuestros sistemas sociales y económicos para poder sobrevivir en la próxima década», avanza.
Consciente de que «los gobiernos responden a la voluntad de la gente», considera que «necesitamos una masa crítica de apoyo por parte de la sociedad civil y de los medios de comunicación para empujar a los gobiernos hacia estos cambios. Creo que estamos muy cerca de eso en muchos países, y le corresponde a los gobiernos hacer estas promesas a las Naciones Unidas a través de lo que llamamos contribuciones determinadas a nivel nacional».
Unos compromisos que, para ser cumplidos, necesitan de la colaboración de todo tipo de partes interesadas, incluyendo el sector corporativo, el sector empresarial, así como las diferentes circunscripciones y la sociedad civil.
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