Secciones
Servicios
Destacamos
Miriam Artacho es pescadora patrona de barco en el puerto de Areyns de Mar (Barcelona). Hace unos siete años que salió por primera vez a faenar con su marido y de aquel día recuerda sobre todo el haber descubierto una realidad que le era totalmente ... ajena: la cantidad de basura que subía al barco mezclada con el pescado en las redes.
De aquella experiencia sacó las ganas de dar a conocer el estado lamentable en el que se encuentra el fondo del mar Mediterráneo y de colaborar de alguna forma en su limpieza. Para lo primero se abrió un perfil en Instagram; en cuanto a lo segundo, comenzó no devolviendo los residuos al mar una vez sacado el pesado como se hacía tradicionalmente hace décadas y cargándolos hasta el lugar donde encontrase un contenedor adecuado.
Ahora, junto a su marido, forma parte del 'ejército' de 2.600 pescadores españoles que colaboran en el programa 'Upcycling the oceans', de la Fundación Ecoalf y Ecoembes, que tiene como objetivo limpiar los mares y reciclar los residuos que se puedan procedentes de este medio. En 2022, 600 barcos pertenecientes a 45 puertos repartidos por toda España (Murcia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña y, más recientemente, Galicia), sacaron del mar casi 190 toneladas de basura. De ellas, aproximadamente un 66% vuelve al sistema tras ser reciclada. El resto, es gestionada según su naturaleza.
Artacho narra su experiencia en este programa «único en el mundo», como destacó el fundador de la marca de ropa Ecoalf, Javier Goyeneche, durante la presentación de los resultados anuales de este programa de su fundación.
-¿Cómo conoce la propuesta de Fundación Ecoalf y Ecoembes de contar con los pescadores para la recogida de basura del mar?
-Cuando comenzó el proyecto, se pusieron en contacto con las cofradías encargadas de dirigir los temas de puerto y son ellos quienes reclutan a los pescadores que quieren colaborar. A partir de ahí, una vez al año hacen pequeñas charlas donde nos explican qué tal va el proyecto, nos piden que traslademos si tenemos necesidades específicas o dudas, o nos dan formación sobre qué tipo de basura se puede reutilizar y cuál no. Yo llevo cinco años y medio trabajando de pescadora y empecé a colaborar con el proyecto un poco después.
-¿Recogía residuos antes o solo a partir de que conociera la iniciativa?
-Lo cierto es que cuando empecé a pescar con mi esposo él no estaba tan sensibilizado con el reciclaje. Iba al mar, cogía el pescado, lo vendía y punto. Pero a mí me impactó mucho cuando salimos a pescar y vi que la basura que recogía la volvía a tirar al mar. «¡¿Pero qué estás haciendo?!», pensaba yo. Fue cuando le dije que la teníamos que recoger. Al principio, si yo quería reciclar me la tenía que llevar, buscar un contenedor amarillo y tirarla allí porque en el puerto solo había contendores normales. Pero cuando empezamos a colaborar con este programa de la Fundación Ecoalf y Ecoembes nos ayudaron poniendo contenedores cerca de donde atraca el barco.
-Sorprende la naturalidad con la que los pescadores decís que recogéis el pescado y en paralelo la basura.
-Pues la verdad es que fue una de las cosas que más me sorprendió también cuando comencé a pescar. Para la gente que no conoce la pesca de arrastre explicaré que nuestra red tiene la forma de una bolsa del súper y de cada asa sale un cable que la conecta al barco. Así, cuando la bolsa es arrastrada por el fondo sube luego al barco todo lo que hay en él. Lo que no me esperaba la primera vez que subimos la red para sacar el pescado era ver muchísimas botellas de plástico, latas y todo tipo de residuos mezclados con el pescado. Para mí fue muy impactante.
-¿Pero esto es algo excepcional o frecuente?
-Esto sucede cada vez que tiramos las redes al mar. Normalmente hacemos dos o tres lances diarios y cada vez que sube la red al barco es lo mismo: hay que separar pescado por un lado y basura por el otro. Para nosotros supone mucho más esfuerzo porque no solo es separar el pescado, limpiarlo, poner los hielos y guardarlos en la nevera, sino que tienes que separar por otro otro la basura, clasificarla, llevarla al contenedor… Es decir, en realidad somos pescadores y somos basureros.
-¿Se os compensa de alguna forma?
-Nuestra labor es completamente altruista. Al principio luchábamos para que al menos nos pusieran un contenedor en el puerto cerca del barco porque en cada puerto solo hay un punto de limpieza para la recogida de basura, y tener que cargar con la basura después de llegar cansado del trabajo se hacía duro. Finalmente, gracias al programa nos ayudaron con un contenedor cerca de donde llegan los barcos.
-¿Esta realidad la encontráis en todas las zonas donde faenáis?
-Cada vez, sí, en cada sitio donde vayamos. No nos alejamos mucho. Nos movemos por la zona de Mataró, Barcelona… Los únicos barcos que se van más lejos son los que puede pescar gamba que necesita más profundidad. Pero la mayoría de barquitos pescamos entre las 5 y las 10 millas. Muy pocos van más adentro porque tampoco hay mucho pescado más allá.
-En los cinco años aproximados que llevas colaborando en el programa, ¿cuál es el residuos más raro que has 'pescado'?
-No es lo más raro, pero hubo un día que cogimos una caja entera de aspersores de riego automático de jardín. Ese día dije, se acabó: me tengo que abrir un perfil de Instagram porque la gente tiene que ver esto. En realidad no te puedo decir una cosa más extraña porque sacamos del mar de todo: material de jardinería, de pintura, urnas de fallecidos de cuando no se deshacían, pelotas de golf a diario, juguetes, mascarillas, toallitas a toneladas… Y barcos más grandes de otros compañeros han sacado de todo: lavadoras, chasis de coches, muchísimas ruedas de coches y de camión… ¡Una barbaridad!
-¿Pero cómo llegan algunas cosas ahí?
-También me lo planteo y tampoco lo sé. Hace poco encontramos una vallas de las que se utilizan para señalizar y pensé que debieron ser arrastradas por las riadas cuando hay lluvias torrenciales. Creo que la principal fuente de llegada de basura el mar son los ríos.
-¿Crees que la sociedad es realmente consciente de esto que cuentas?
-Para nada. Yo trabajaba en Medio Ambiente en un ayuntamiento limpiando caminos y rieras y no me hacía una idea. Y si a mí que trabajaba en este sector me sorprendió, imagínate una persona que, por ejemplo, trabaja en una oficina.
-¿Cómo os sentir los pescadores al ver vuestro medio de vida de esta forma?
-El pescador de arrastre tiene muy mala fama, somos conscientes, porque creen que rompemos los fondos marinos. Pero no hay nadie que ame tanto el mar como los pescadores. Va más allá de un trabajo. Hay que verlo para saber cómo sienten su relación con el mar y se sienten muy impotentes al ver el estado en el que se encuentra. Somos muchos barcos sacando desinteresadamente mucha basura a diario y vemos que nunca se acaba. Hay días que estoy positiva y digo: 'Va un poquito menos'. Pero hay otros días en los que recogemos muchísima y no acabamos.
-En estos años, ¿hay evolución a mejora o al contrario?
-No, lo que percibimos es que la basura en el mar va a más. Los datos dicen que hemos sacado casi doscientas toneladas en un año. Y aún así siempre te topas con más. De repente viene un pandemia y el cambio está en que hay basura nueva: las mascarillas. Es triste pero es así.
-Entre todos los residuos que citas no están las redes. Aunque estas son recogidas para reciclar y también suponen un problema, ¿no?
-En otros países como Tailandia donde Ecoalf recicla estos materiales recuperados del mar, puede. Pero en España, muy poco. Aquí el problema es otro tipo de basura. Si una red se queda en el fondo es porque el compañero ha tenido la desgracia de encontrar una piedra y no ha sido capaz de devolver su red al barco. Mi red, para un barco de arrastre pequeño, cuesta unos 5.000 euros. Imagina lo que cuesta la de un barco grande. ¿Qué pescador se la va a jugar para perder estas redes o dejarlas tiradas? Los primeros interesados en sacarla somos nosotros. Algún compañero ha sacado alguna red antigua que estaba ya para tirar, pero no es lo que más encontramos.
-¿Qué sirve realmente de todo lo que recogéis?
-Para la ropa solo pueden usar las botellas de plástico, el resto, Ecoembes sí que puede reciclar más cosas, pero hay otras que no. Los neumáticos, por ejemplo, son casi imposible de reciclar. Tampoco sirven los plásticos que llevan muchos años en el mar que estén muy descompuestos.
-¿Crees que tanta basura puede acabar con vuestro medio de vida?
-Solo los residuos no. Pero el cambio climático sí. Este verano en el que el agua estaba tan caliente nos hemos encontrado con dificultades para encontrar peces que habitualmente pescábamos como la merluza. ¡No había forma de encontrarla porque porque bajaba a más profundidad para encontrar agua más fresca! Quizá la basura no es el único problema pero sí es uno de los factores que suma al cambio climático. Y en esto sí que lo estamos notando.
Nacho Llorca, uno de los patrones de barco que está desde el principio en el proyecto Upcycling the oceans, también trasladó su experiencia durante la presentación de los resultados del programa en 2022. «Aunque tenemos mala fama y creo que los pescadores se acabarán antes que el pescado, estamos muy orgullosos de lo que hacemos, aunque Europa no tenga mucho en cuenta nuestra labor de limpieza. Lo hacemos por el amor que le tenemos al mar», dijo. Javier Goyeneche, que demostró la complicidad que le une a los pescadores del proyecto, quiso destacar que sin ellos estos programas serían inviables. «Sorprende ver a decenas de barcos disciplinados llegando a puerto y depositando la basura en los contenedores», reconoció. Andrea Ruzo, directora de la Fundación Ecoalf, y Nieves Rey, de Ecoembes, destacaron el 'otro' valor que tiene esta iniciativa, ya que la clasificación y tratamiento de estos residuos también sirven para obtener conclusiones científicas que ayuden a buscar soluciones de futuro.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.