Cuando la covid paralizó Salamanca con seis olas, 120.000 casos y 1.600 fallecidos

Corría el año 2020 y todos los telediarios abrían con el número de muertos diarios. Los números impactaban en nuestras cabeza sin saber muy bien lo que significaban ni la dimensión real de aquellos dígitos. «Como si un avión se estrellara cada día», trataban de comparar. Aunque no era un accidente, tampoco un caso aislado ni un catástrofe natural -o quizás sí-, era un bombardeo de información constante. Esos datos desgarradores que perdían alcance por la cotidianidad con la que se exponían, cinco años después, continúan siendo igual de desgarradores y, ahora, con la perspectiva temporal, quizás aún más.

En la provincia de Salamanca se registraron 120.927 casos. Prácticamente, como si todos los habitantes de la capital se hubieran contagiado de coronavirus. La primera en dar positivo fue una joven estudiante de 19 años, el 2 de marzo de 2020, que había viajado en Italia en febrero. A pesar de esto, se mantuvieron algunas celebraciones multitudinarias como la manifestación por el Día de la Mujer con 8.000 personas concentradas o el final de la Copa de la Reina presidido por la Reina Letizia.

A pesar de estos eventos especialmente populares, la provincia no fue de las más afectadas por la covid-19 durante la primera ola en lo que a incidencia se refiere. Los casos estuvieron relativamente controlados con el pico más alto el 9 de mayo con hasta 154 positivos. Fue, de hecho, la ola con menor incidencia pero la más mortal. Después de ella, vino la segunda ola. Tras el verano, los positivos volvieron a reproducirse y es el 3 de noviembre de 2020 cuando se bate el récord, hasta el momento, de personas contagiadas en la provincia con 325 en un sólo día.

La situación crítica provoca un confinamiento perimetral con el cierre de la capital, nuevas restricciones y toque de queda. Las decisiones estatales reducen la incidencia pero la llegada de las navidades -las primeras con el coronavirus- dan lugar a la tercera ola. Los encuentros en estas fechas tienen sus consecuencias y se supera el récord anterior de contagios con 516 el día 25 de enero. Al inicio de esta ola, también se produce un hito en la evolución del virus: el 30 de diciembre de 2020 comienza la vacunación en Salamanca.

Era el principio del fin, pero aún quedaba camino por andar. De hecho, otras tres olas más atizaron a la provincia: la cuarta y la quinta fueron las que menos contagios provocaron en la provincia desde la primera; sin embargo, la sexta disparó la incidencia. La variante Ómicrom fue la más contagiosa llegando al récord de positivos durante la pandemia: 1.561 en un sólo día. El pico más alto se registró en enero de 2022, posterior a las navidades. Aunque aumentó la mortalidad respecto a las dos anteriores olas en la provincia, no fue especialmente letal puesto que la población más vulnerable estaba ya vacunada.

El análisis de casos se extrapola al número de hospitalizaciones y el colapso del hospital de Salamanca. Las olas más dañinas implicaron un mayor número de ingresos tanto en planta, como en UCI. Las tres primeras fueron, de hecho, las que supusieron una mayor saturación. En abril de 2020, el Complejo Asistencial de Salamanca sufrió la peor época de la pandemia con un pico de 382 ingresos en planta y 56 hospitalizaciones en UCI.

Así, la primera y la tercera ola fueron las que más saturación provocaron en el hospital de Salamanca. La vacunación en diciembre de 2020 alivió en gran medida los casos graves de los próximos meses y al proteger a la población más vulnerable, los cuadros críticos se redujeron de forma considerable. A partir del año 2022 -dos años después del inicio de la pandemia- los ingresos en UCI se redujeron al mínimo aunque aún hasta principios de este 2025 se han registrado hospitalizaciones en planta a usuarios positivos por covid.

A la par que los contagios, han ido las hospitalizaciones en el Complejo Asistecial de Salamanca y también los fallecimientos. Los meses más duros fueron los dos primeros -marzo y abril de 2020- donde no sólo se tuvo que lidiar con el anuncio diario de muertos por covid en Salamanca, sino también con el duelo de una muerte solitaria. El 12 de marzo se registró el primer fallecido por coronavirus en Salamanca que fue, de hecho, la primera muerte asociada a la covid-19 en Castilla y León.

En abril de 2020 se llegaron a registrar en la provincia hasta 201 muertes por covid. Fue el pico más alto de la pandemia en cuanto a defunciones relacionadas con el coronavirus, sin embargo, no fue el único. Después de ese fatídico mes, en noviembre de 2020 y en febrero de 2021 se superó la centena. Unos números escalofriantes que dejan durante el año 2020 un total de 855 fallecidos por covid según el Instituto Nacional de Estadística.

Durante los años 2021 y 2022, ya con la vacuna distribuyéndose progresivamente a todos los colectivos, la mortalidad en la provincia disminuyó considerablemente aunque se registraron 345 y 373 fallecidos respectivamente. En 2023, los salmantinos todavía se seguían muriendo por covid aunque de manera mucho menos escandalosa: 73 muertos identificados por covid-19.

Los datos más recientes que comparte el INE son del primer semestre del pasado año. Durante los primeros seis meses de 2024 fallecieron 29 personas en Salamanca por covid. La mayoría de las defunciones se produjeron en personas mayores de 80 años. Esta franja de edad era la más vulnerable a este virus, por ello, fueron el primer núcleo poblacional en protegerse con la vacuna.

También fue el colectivo que más hospitalizaciones necesitó en la provincia, que no ingresos de UCI. En este caso, fueron las personas de entre 60-69 años las que mayores hospitalizaciones en cuidados intensivos registraron. Lejos de esas edades están los que registraron un mayor número de positivos. En este caso, fue la franja de edad de entre 20-29 la que, durante los años 2020 y 2021, más confirmados registró.

Además del análisis por datos por franja de edad, siendo los más mayores los más vulnerables, también se llevó un registro por zonas de básicas de salud y, es este caso, una provincia fue especialmente sensible al covid. Pedrosillo El Ralo, con 66 personas fallecidas registró un porcentaje de mortalidad del 2,39%. Esta zona básica de salud, además de este municipio, engloba a Aldeanueva de Figueroa, Gomecello, Negrilla de Palencia, Pajares de la Laguna, Palencia de Negrilla, Cabezabellosa de la Calzada, Parada de Rubiales, Pitiegua, Tardáguila, Vallesa de la Guareña, La Vellés, Villaverde de Guareña, Arcediano, Cañizal, Espino de la Orbada y La Orbada.

La segunda zona de salud más afectada fue la perteneciente a Villoria con 67 personas fallecidas y un porcentaje de mortalidad del 1,60%. Alrededor del 1% estuvieron las zonas básicas de salud de Aldeadávila Ribera (57 fallecidos), Periurbana Norte (238 fallecidos), Santa Marta de Tormes (193 fallecidos), Periurbano Sur (114 fallecidos), Alba de Tormes (163 fallecidos), Linares de Riofrío (36 fallecidos), Béjar (174 fallecidos), Tamames (21 fallecidos), Fuente de San Esteban (48 fallecidos), Ciudad Rodrigo (183 fallecidos) y Robleda (19 fallecidos). El resto de la provincia tuvieron una tasa de mortalidad mucho menor.

Un mapa que, durante varios meses, se tiñó de desconcierto e impotencia. Cinco años después, los datos ya no son sólo una cascada de información insustancial. Cinco años después, los datos son el reflejo y el asombro, son la gravedad y el contexto, son lo insólito de lo que un día se asumió como nueva normalidad.

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