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Imagenes de las medidas de la pandemia que quedan por Salamanca Álex López
Cómo ha cambiado Salamanca tras la pandemia: vestigios y nuevas costumbres
Especial cinco años de la pandemia

Cómo ha cambiado Salamanca tras la pandemia: vestigios y nuevas costumbres

Hoy, algunas costumbres se han implantado, otras han evolucionado y algunas han desaparecido por completo

Alba Guerra

Jueves, 13 de marzo 2025, 09:26

Hace 5 años el mundo se detuvo. Las calles se quedaron desiertas, las mascarillas eran un complemento más, el más importante, y aprendimos a vivir con la incertidumbre de no entender qué estaba pasando. Hace 5 años lo que empezó como unos casos aislados de un virus y unos cuantos memes en las redes sociales, acabó instalándose entre nosotros y nos llevó no solo a permanecer en casa durante 3 meses, sino a cambiar nuestra forma de ver la vida, nuestros hábitos y costumbres. Acostumbrados a ser personas sociables, a disfrutar de nuestro ocio en compañía de nuestros seres queridos, a saludar con dos besos, un abrazo o un apretón de manos.

Hoy, aunque la pandemia es algo del pasado, algunas costumbres se han implantado, otras han evolucionado y algunas han desaparecido por completo

El codo, una moda pasajera

Una de las primeras medidas, antes incluso del confinamiento, a modo de prevención, fue toser o estornudar en la cara interna codo. Una parte de nuestro cuerpo con la que rara vez tendrías contacto con otra persona. Pero no es el único uso que se le dio al codo en esta pandemia, sino que para intentar reducir al máximo el contacto, se aconsejaba saludar a las otras personas con un choque de codos, evitando así nuestros tradicionales saludos, como los dos besos o el apretón de manos. Pero, en la actualidad, son muy pocas las personas que siguen utilizando el codo para estornudar y casi ninguna las que lo utilizan para saludar. Por lo que es una de las costumbres que ha ido desapareciendo.

La mascarilla, de obligación a costumbre

Antes de la pandemia, la mascarilla, en la calle, se veía casi de forma exclusiva en épocas de altos índices de polen, o por personas que las necesitaban, pero su uso, después de la emergencia sanitaria es mucho más frecuente. Si bien casi era lo que más ganas había de perder de vista, el uso de esta cada vez está más asentado. En hospitales, centros de salud y en el transporte público, algunas personas continúan usándola como medida de precaución, especialmente en épocas de gripe o resfriados. La covid dejó un mayor sentido de la responsabilidad sanitaria en la sociedad, haciendo que su uso sea mucho más frecuente que antes de la pandemia.

Terrazas para rescatar la hostelería

Con intención de poder reflotar el sector servicios, concretamente la hostelería, se instalaron terrazas, no solo aquellos negocios que ya las tenían sino que, que facilitó a aquellos que no, se habilitaron plazas de aparcamiento para poder poner mesas, con la distancia necesaria. Pero finalmente, en Salamanca, a finales de 2022 se puso fin a este tipo de servicio. Aunque han sido muchos los que han alargado o solicitado la terraza durante todo el año, ya que es mucha la afluencia a este tipo de servicios.

Por otra parte, otra de las prohibiciones competía a los fumadores. Estaba prohibido fumar en las terrazas, cerca de otros clientes, pero de nuevo, cuando se levantaron todas las restricciones, la gente dejó de hacerlo. Además este tipo de prohibiciones, han inspirado la revisión de la Ley Antitabaco, que propone prohibir fumar en estos espacios, aunque estén al aire libre.

El teletrabajo, ha llegado para quedarse

Antes de la pandemia, esta opción de trabajo era minoritaria. Pero el confinamiento nos enseñó que muchas tareas podían realizarse desde casa de forma eficiente. Hoy, aunque la mayoría de empresas han vuelto a la presencialidad, el teletrabajo se ha consolidado como una opción flexible. Son muchos los que eligen este régimen híbrido para mejorar la conciliación familiar, combándolo, por supuesto, con jornadas en la oficina.

Lo mismo ocurre con la educación, la pandemia aceleró la digitalización tanto el colegios como universidades, haciendo que las clases online sea ahora una alternativa válida en casos de emergencia o como alternativa para compaginar las clases tradicionales.

Cambios en las formas de consumo

Otro de los hábitos que vinieron para quedarse es el menor uso del dinero en efectivo. Durante la pandemia, se fomentó el uso de tarjeta de crédito evitando así al máximo el contacto, y a día de hoy, sigue siendo la opción preferida de muchos consumidores. Del mismo modo, el uso de plataformas de streaming ha cambiado la forma de consumir entretenimiento. La afluencia del cine ha vuelto a ser casi la misma que antes de la pandemia, pero el hábito de ver contenido audiovisual en casa se ha convertido en una forma de consumo predominante.

Implantación del tardeo

El hábito por excelencia de la pandemia, con las primeras salidas tras el confinamiento fue el «tardeo». Las restricciones del ocio nocturno y el toque de queda, llevó a este sector de la hostelería a reinventarse, y ofrecer nuevas opciones para poder seguir desarrollando su actividad, de ahí nació el «tardeo», como una nueva forma de reunirse y socializar en bares y terrazas durante la tarde. Esta costumbre, que permitía tener un mejor control del aforo y reducir la exposición nocturna, se ha consolidado en muchas ciudades. A día de hoy, es una de las opciones preferidas de aquellos que quieren disfrutar de la vida social sin trasnochar.

Lo que desapareció con el tiempo y lo que silenciosamente se ha quedado

No todas las costumbres que adquirimos durante la pandemia se han quedado entre nosotros. La distancia social ya es historia y las reuniones multitudinarias han vuelto a la normalidad. También hemos dejado atrás la desinfección casi obsesiva de alimentos y superficies al llegar a casa.

Por otra parte, algo que se ha asentado de forma silenciosa, y que hemos normalizado, ha sido la instalación de pantallas de plástico en autobuses, taxis y algunos negocios entre otros, para separar al cliente del trabajador.

Cinco años después, es innegable que la pandemia ha dejado una huella imborrable en nuestra sociedad. Algunos hábitos se han convertido en costumbre, otros han quedado en el olvido, y otros han dado lugar a nuevas formas de vida. Aunque la sociedad ha recuperado su ritmo frenético, hay lecciones que seguirán con nosotros por mucho tiempo.

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